El Tiempo de Pergamino
Cultura
 Miercoles 17 de Mayo de 2017

SIETE AÑOS DE VIGENCIA

Shock Teatro celebra sus 4 mil espectadores

El elenco se presentó el 3 de mayo del 2010, el día que se cumplían 25 años del entreno de la película `Cien veces no debo` y está integrado por : Leandro Gaitán, Ignacio Nime, Belén Márquez, Fabián Vecino, Romina Giampieri, Oscar Isa, Ivana Nime, Bernardo Fiore y Maury Pitrelli.

El grupo Shock Teatro, se encuentra celebrando los 4 mil espectadores, con siete años de vigencia en la cultura pergaminense. El elenco se presentó el 3 de mayo del 2010, el día que se cumplían 25 años del entreno de la película “Cien veces no debo”.

Hay integrantes estables que vienen trabajando desde hace varios años y otros actores que se han sumado a proyectos específicos, conformado por : Leandro Gaitán, Ignacio Nime, Belén Márquez, Fabián Vecino, Romina Giampieri, Oscar Isa, Ivana Nime, Bernardo Fiore y Maury Pitrelli. Con este último, actor, director y mentor de esta iniciativa, sostuvimos el siguiente diálogo

- ¿Cómo se originó la idea de conformarse grupo y cuáles fueron los objetivos del mismo?

Fue una idea mía. Por ese entonces quería hacer la comedia “Cien veces no debo” de Ricardo Talesnik; lo llamé a Oscar Isa para que se haga cargo de la dirección actoral y empezamos a convocar al elenco para ese proyecto. La idea no era empezar un elenco estable, sino sólo hacer esa obra. Pero la respuesta del público fue tan buena, que fue natural el hecho de seguir.

Cuando empezamos, no existían las salas de teatro independiente que hay hoy y todo se centralizaba en tres lugares. Tampoco había la cantidad de elencos y propuestas que existen hoy en día; creo que no había más de 4 elencos en la ciudad. Tampoco el público concurría demasiado a ver teatro local; si iban 30 personas se celebraba con asado. Pero “Cien veces no debo” arrancó con dos funciones de 160 espectadores cada una, recuerdo que los encargados de la Escuela de Bellas Artes tuvieron que cerrar las puertas porque estaba excedida la capacidad y quedó gente afuera. El fin de semana siguiente nos trasladamos a la ‘Casa de la Cultura’ y sucedió lo mismo... gente de pie en los pasillos. Realmente nos sorprendió; en ese caso particular realmente no se como sucedió el fenómeno. Simplemente se dio. Luego de 7 años darnos cuenta que superamos los 4 mil espectadores parece un delirio si tenemos en cuenta que todo comenzó sin demasiadas pretensiones. Hace unos días comparábamos que 4 mil espectadores es el equivalente a casi un Gran Rex y medio lleno de gente viendo teatro independiente. Sin dudas el número es grande.

- Tuvieron interesantes y jugadas propuestas sobre el escenario como “Cien veces no debo”, “Chicos Católicos” y recientemente “Alcoba”, ¿cómo es la conexión con el público y que elementos tienen en cuenta a la hora de subirse a un proyecto?

- La elección de los proyectos pasa por mí porque soy el productor de los proyectos. Por lo general durante el año trabajo en mi computadora en la proyección de varios obras. Hago las adaptaciones que creo necesarias, diseño de escenografía, vestuario, maquetas de gráfica e incluso una posible elección de actores. Pero finalmente tomo la decisión de cuáles son los proyectos que se van a estrenar cuando estoy de vacaciones, con la cabeza descansada es más fácil conectar con la intuición, creo mucho en eso, hasta el momento no me ha fallado. Obviamente que hay ciertas y determinadas cosas que se tienen en cuenta, que tienen que ver con la realidad social, el interés del público, el target. Eso lo he ido agudizando porque me gusta mucho estudiar el comportamiento del público, los números y otras cuestiones vinculadas a la producción. Por ejemplo, cuando hicimos “Chicos Católicos” acababan de nombrar Papa a Francisco, nuestro país vivía una especie de fanatismo por todo lo relacionado a la religión católica. Era evidente que al público le interesaba todo lo relacionado con el tema. Obviamente que nos podía ir bien o mal, porque la obra era crítica con la educación católica, pero por lo general cuando las cosas se dicen en tono de humor se hacen más pasables. El público lo tomó a bien y llegamos a tener 23 funciones a sala llena, pasamos por tres salas y llegamos a los 1.100 espectadores; que para el teatro independiente local es un número enorme. Cuando hicimos la comedia “No saludarán en el atrio” veníamos de la Ley de Matrimonio Igualitario, y había un público necesitado de comprender y naturalizar este tema. A eso le sumamos una escenografía impresionante que no era habitual ver en la ciudad y “ganchos” desde lo comunicacional. “Alcoba” para nosotros significó un gran desafío porque nos alejábamos del humor para meternos en un drama muy crudo. La escribí hace tres años, pero por ese entonces la sociedad no estaba en el momento ideal para recibirla porque las prioridades eran otras. Creo que si la hacíamos hace tres años la gente se hubiera ido en medio de la función. Ahora la complejidad de la parejas tóxicas está en el tapete todo el tiempo. Lo vemos en nuestro entorno y en los informativos en todo momento. Era el momento ideal para hacerla.

¿Cómo fue el crecimiento del grupo desde la primera vez que llevaron a cabo la propuesta hasta el momento?

El crecimiento se fue dando paulatinamente; si bien empezamos con la vara alta nunca quisimos quedarnos en lo cómodo. La idea es que cada propuesta supere a la anterior. Somos naturalmente inquietos, críticos de lo que hacemos y buscamos siempre darle lo mejor al público. Todos nuestros proyectos están pensados esencialmente para la gente, nosotros no priorizamos premios, festivales, ni nada por es estilo; trabajamos para la gente común, esa que decide ir al teatro, comprar una entrada y pasarla bien; ese es nuestro mayor capital y lo cuidamos. Si bien nos divertirnos con lo que hacemos, lo tomamos como un trabajo y somos muy disciplinados a la hora de trabajar. Antes necesitábamos ensayar 5 o 6 meses para estrenar una obra, este año ‘Alcoba’ se ensayó en sólo 3 meses y fue impecable; ese oficio se va adquiriendo con el tiempo. Desde lo técnico también hubo crecimiento, cuando empezamos nos daban la sala 5 horas antes de la función, en ese tiempo había que armar escenografía, poner las luces y si se podía hacer un ensayo rápido. Por lo que no nos podíamos complicar con cosas raras. En la actualidad ensayamos con escenografía, luces y sonido durante 15 o 20 días, eso nos de la posibilidad de jugar con otros elementos y llegar al estreno con la obra más asentada, aunque siempre se termina de acomodar con el público.

- ¿Cómo sigue el proyecto para este 2017?

-Estamos ensayando un nuevo infantil para vacaciones de invierno; que va a ser muy divertido, siempre bajo el formato multimedia que mezcla lo que sucede en el escenario con pantallas. Este año va a tener una vuelta de tuerca más y ese recurso va a adquirir mayor importancia. Estamos en el proceso de ensayo de coreografías. Luego va a subir una comedia con tintes de show que se llamará ‘Gauchos en la ciudad’ basada en un libro de Darío Basualdo sobre la leyenda de El lobizón; es un delirio teatral, de esos que la gente se ríe de principio a fin. En este momento todos necesitamos reírnos.



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