Los doce ciudadanos integrantes del jurado popular en el juicio por abuso sexual en manada escucharon el desgarrador relato de la víctima, cuando tenía 16 años, quien puso en evidencia como se propasaron con ella.
La joven actualmente tiene veinte años y es la segunda oportunidad en la que tiene que recordar lo sufrido cuando lo poco que tiene presente, de lo ocurrido, desea borrarlo para siempre de su memoria. Todavía le queda un tercer juicio oral por lo mismo para declarar.
Del relato de la muchacha no surgiría la identificación del joven de 22 años sentado en el banquillo de los acusados de la sala de audiencias del Tribunal Oral en lo Criminal N° 1.
La celebración se realizó en la vivienda de una zona de quintas de un amigo de la jovencita y los imputados de los abusos no participaron de ese evento; sino que fueron a buscar a la chica para llevarla en un auto a otro domicilio. En un auto se habrían trasladado varios jóvenes con la chica.
El jurado en la sala pudo escuchar los lineamientos del fiscal de juicio Pablo Santamarina sosteniendo la participación del joven como uno de los cinco sujetos participantes del sometimiento sexual a la víctima.
La abogada Laura Abal, por el contrario, se dirigió a los doce ciudadanos hombres y mujeres con la convicción que su cliente no fue uno de los involucrados en los abusos denunciados por la joven.
Luego declararon el papá y la mamá de la víctima; quienes contaron como se enteraron de lo ocurrido; días después cuando la adolescente de 16 años se animó a contar lo ocurrido.
Durante la situación vivida la despojaron de su teléfono celular y apareció muy desmejorada y en la casa a los padres les dijo que le habían robado el dispositivo en Avenida de Mayo.
Más de veinte días después en terapia con una psicológa se animó a contarlo y los familiares la acompañaron para hacer la denuncia penal para que la Fiscalía investigara lo ocurrido.
Dos amigas y un par de amigos fueron los últimos en declarar sentados al lado del juez Guillermo Burrone y frente a los integrantes del Jurado popular ubicado en el espacio donde haitualmente se sienta el publico.
Esos amigos no vieron nada de los padecimientos denunciados por la joven y sólo la vieron retirarse del lugar donde había sido la fiesta en la que compartieron tragos, música y juegos.
El miércoles, durante la tercera jornada de debate oral, se espera la comparencia de otros testigos amigos de los jóvenes que pueden brindar claridad a los integrantes del jurado ciudadano.
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