Tras la consagración en el Sudamericano en Lima al ganarle la final a Brasil y así proclamarse campeonas del continente por segunda vez consecutiva, Las Yaguaretés volvieron este martes a encontrarse en una concentración nacional.
Nuevamente entre las mejores del país se encuentra la pergaminense Francesca Iacaruso (exGimnasia y Esgrima y actualmente jugando en el torneo de la Urba para Ciudad de Buenos Aires).
Este encuentro tendrá lugar hasta el próximo jueves inclusive, en las instalaciones de la Agec, en Alta Gracia, Córdoba. De esta manera, empieza de lleno la preparación hacia el Challenger Series 2025, para el cual consiguieron la plaza en Perú.
A continuación, las 22 jugadoras que participarán de la Concentración Nacional: Julieta Arroyo de Los Caranchos (Rosario), Dolores Berti de Universitario de Córdoba (Cordobesa), Virginia Brígido de Córdoba Athletic (Cordobesa), Antonella Crosetto de Club Taborín (Cordobesa), Candela Delgado de Cardenales RC (Tucumán), Malena Díaz de Universitario de Córdoba (Cordobesa), Cristal Escalante de Las Águilas RC (Nordeste), Sofía González de Casa de Padua (Unión de Rugby de Buenos Aires), Yamila González de Club Taborín (Cordobesa), Zaira González de Las Águilas RC (Nordeste), Francesca Iacaruso de Ciudad de Buenos Aires (Unión de Rugby de Buenos Aires), Agustina Ibañez de Capri (Misiones), Antonella Ibañez de Regatas de Resistencia (Nordeste), Clarice Kraus de Club Taborín (Cordobesa), Andrea Moreno de Aguará Guazú (Tucumán), Rocío Osorio de La Plata RC (Urba), Araceli Oviedo de Club Taborín (Cordobesa), Paula Pedrozo de La Salle (Urba), Antonella Reding de CA Echagüe (Entrerriana), Talía Rodich Las Águilas RC (Nordeste), Brisa Trigo de Universitario de Córdoba (Cordobesa) y Ruth Velázquez de Capri (Misiones)
Cabe destacar que Las Yaguaretés es el nombre con el que se reconoce al seleccionado femenino, denominación con la que se lo bautizó a fines de 2021 con el propósito de consolidar su identidad. Su nombre hace referencia al felino más grande del continente americano, simboliza el espíritu y la actitud de las jugadoras. Habla del modo en que viven y sienten el deporte, de la manera en que se preparan y esfuerzan para dar lo mejor en cada partido. Sintetiza su fiereza, como así también la capacidad para enfrentar la adversidad en equipo. Su imponente figura, su fuerza y su temple han convertido al Yaguareté en una especie de alto valor cultural para la mayor parte de los pueblos que habitaron y habitan el continente.
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