La vida, indudablemente, está llena de sorpresas. En un giro inesperado de los acontecimientos, el Brasil de Lula ha salvado a nuestro país del colapso energético, al convertirse en la fuente de energía que evita que los apagones se repitan.
Con las temperaturas acercándose a los 30 grados, el sistema eléctrico argentino se vio al borde del colapso, señalando la falta de un plan efectivo desde el Gobierno, que sigue sumido en sus propias disputas internas.
Este lunes, la preocupación era palpable: mientras la demanda alcanzaba los 24.500 MVh, Brasil aportó más de 1760 MVh, en contraposición con los escasos 60 MVh de Chile y 10 MVh de Paraguay. La dependencia energética se convierte en una cuestión crítica, obligando a cuestionar la validez de las cifras oficiales y la estrategia del Gobierno. Además, la caída en la contratación de buques turcos solo agrava la situación, conduciendo a una búsqueda urgente de soluciones,
. La fragilidad del sistema nos deja con más preguntas que respuestas, y el verano recién empieza.
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