Douglas no puede seguir siendo una herramienta de un espacio político, nunca debió haberse sometido al club a esta situación donde el Intendente maneja la institución como patrón de estancia.
Douglas ha sido una entidad que más allá del éxito o el fracaso deportivo, que siempre es circunstancial, patrimonio de todos los pergaminenses y en especial de todos nosotros, los socios del club, que de una u otra manera, colaboramos, solamente porque sentimos la camiseta y lo hacemos desde la tribuna, sin ningún otro interés personal, más allá de que el equipo compita y nos de más alegrías que tristezas.
Por eso también rescato a los jugadores, sobre todo a los muchachos de Pergamino que laburan y tratan, cada partido, de revertir esta racha negativa.
Creo que Douglas ha perdido el rumbo institucional y su razón de ser, me duele enormemente que hoy veamos las tribunas casi vacías, que pocos pibes jóvenes sigan al club como cuando nosotros éramos adolescentes y nos hicimos hinchas incondicionales.
Hoy la dirigencia, sumida a los intereses políticos corporativos, no abre el juego a que más gente y empresas se sumen a apoyar al equipo de la ciudad, incluso les conviene que esto ocurra y que la apatía de muchos, sea en beneficio de unos pocos, los amigos del poder (local).
Ojalá el pueblo fogonero recapacite y despierte.
Los dirigentes pasan, las instituciones quedan.
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