El Tiempo de Pergamino

Política
 Jueves 16 de Octubre de 2025

Editorial

Una mirada crítica a la gestión de Javier Martínez, Intendente de Pergamino

En la actualidad, la figura de Javier Martínez como intendente de Pergamino se ha vuelto un tema de conversación entre los ciudadanos. Su autoconfianza, que a menudo se traduce en una actitud desmedida, ha suscitado tanto admiración como crítica. En este contexto, es fundamental reflexionar sobre lo que significa tener un liderazgo centrado en el ego y cómo esto impacta en la gestión del municipio.

 

Desde su asunción, Martínez ha dejado claro que se siente muy seguro de su gestión, presentándose como el artífice de todos los logros de la ciudad. Este enfoque puede ser eficaz para construir una imagen de liderazgo, pero también genera preocupación. La autocomplacencia a menudo nubla la visión, llevándonos a un estancamiento en la búsqueda de soluciones reales a problemas que afectan a nuestras comunidades.

Los ciudadanos de Pergamino han sido testigos de una serie de iniciativas que, si bien pueden ser catalogadas como avances, también plantean interrogantes sobre la falta de consulta y participación ciudadana. ¿Realmente escucha Martínez las necesidades de sus vecinos? ¿O se ha encerrado en una burbuja de autoadulación donde su voz es la única que importa? La percepción de que el intendente está más enfocado en su imagen que en el bienestar de la ciudad es una crítica que resuena en muchos sectores.

Además, la gestión de Martínez ha mostrado una tendencia a minimizar los problemas. En lugar de enfrentar las dificultades, se ha optado por una narrativa optimista que no siempre coincide con la realidad cotidiana de los habitantes. Esto puede ser peligroso, ya que la desconexión con la ciudadanía puede generar descontento y desconfianza en la figura del intendente.

Es importante recordar que el liderazgo efectivo no se trata de la promoción de uno mismo, sino de la capacidad de dialogar y conectar con la gente. Los líderes deben ser capaces de reconocer sus limitaciones, escuchar las críticas constructivas y estar dispuestos a modificar su rumbo cuando sea necesario. Una buena gestión se construye sobre la base de la humildad y la empatía, cualidades que, lamentablemente, parecen estar ausentes en el actual intendente.

La  autoconfianza de Javier Martínez, si no se acompaña de un verdadero compromiso con la ciudadanía, puede convertirse en un obstáculo para el progreso de Pergamino. Es un momento crucial para que el intendente reflexione sobre su papel y reoriente su enfoque hacia una gestión más participativa y centrada en las necesidades reales de la comunidad. Solo así podrá transformarse en un líder genuino, que no solo se llene de sí mismo, sino que también llene de esperanza y oportunidades a su ciudad.

Una mirada crítica a la gestión de Javier Martínez, Intendente de Pergamino



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