Viernes 12 de Diciembre de 2025

Una vida entera entre tijeras, recuerdos y sueños cumplidos

¿Qué es de la vida de Gustavo Pineda?

Hay historias que se construyen con tijeras, mates compartidos y recuerdos que jamás pierden brillo. La vida de Gustavo Pineda, querido peluquero y barbero de nuestra ciudad, es una de ellas. Una historia que empieza hace 51 años, en el corazón del barrio Vicente López, donde nació y se crió rodeado de afectos, juegos y aventuras que, todavía hoy, llevan la marca de la felicidad simple.

 

De su infancia guarda postales imborrables: aquellas tardes en bicicleta recorriendo cada rincón del barrio junto a sus amigos, pedaleando en pleno espíritu festivo, especialmente durante las fiestas de San Juan y San Pedro, que llenaban las calles de tradición y comunidad. Las noches de carnaval, cuando los vecinos se reunían y la calle se transformaba en una celebración colectiva, también forman parte de ese tesoro emocional que lo acompañó mientras crecía. Entre risas, complicidades y travesuras, su vida fue tomando forma entre la escuela, el fútbol en Argentino y esos momentos que forjan la identidad.

Los comienzos

Su camino profesional comenzó a trazarse temprano. Antes de iniciarse de lleno en la barbería, empezó a estudiar y trabajar en la reconocida peluquería de Darío Di Marcos, ubicada en calle Pueyrredón. Allí dio sus primeros pasos formales, aprendiendo técnicas, disciplina y el verdadero valor del oficio. Ese aprendizaje inicial lo llevó luego a desempeñarse en un local de calle Rivadavia, etapa en la que terminó de afianzar su estilo y su pasión por la profesión.

En 1995 ya estaba completamente involucrado en el mundo de la barbería. Con nervios, entusiasmo y la certeza de estar eligiendo su camino, comenzó a construir una trayectoria que hoy suma tres décadas. Actualmente trabaja en su local de Avenida Ameghino 1048, un punto de encuentro para vecinos de todas las generaciones. “Con los clientes, la mejor”, repite siempre. Y la ciudad lo confirma: Gustavo es uno de los peluqueros más queridos y respetados, un referente al que muchos vuelven por un corte, una charla o simplemente un momento de confianza.

Primero la familia

Su familia es su mayor orgullo. Tiene cuatro hijos -Lucas, Diego, Morena y Agustina- y junto a Natalia formó un hogar que completaron con Ignacio, su quinto hijo. Ellos son su motor, su compañía constante y su alegría diaria.

Sueño y futuro

“Tuve altos y bajos, pero hoy es el mejor momento de mi vida”, afirma con serenidad. También conserva un sueño intacto: tener su Coupé Chevy, un deseo de juventud que espera convertir en realidad.

A sus 51 años, mira hacia atrás y sabe que cada paso -desde aquellas bicicletas en el Vicente López hasta su sillón de barbero- lo trajo hasta acá. Y mira hacia adelante con la certeza de que el futuro lo encontrará feliz, trabajando, creando vínculos y honrando un oficio que es, para él, mucho más que una profesión: es su forma de estar en el mundo.