Con 35 años, era mucho más que un bombero voluntario. Era un símbolo de compromiso y altruismo para quienes lo conocieron. Tras varios días en Terapia Intensiva debido a un Accidente Cerebrovascular (ACV), su cuerpo no resistió y partió a última hora de ayer, dejando un vacío imposible de llenar en la comunidad.
Desde sus primeros pasos en el cuartel, Juan Pablo Sánchez Molina se destacó por su dedicación sin límites y su actitud serena ante las emergencias. Su calidez humana y su capacidad para transmitir tranquilidad en momentos críticos le ganaron el respeto y cariño de colegas, vecinos y amigos.
Las redes sociales se llenaron de mensajes emotivos y despedidas llenas de admiración. Compañeros del cuerpo de Bomberos, familiares y vecinos de su barrio expresaron su dolor y gratitud por haber compartido con él momentos que marcaron vidas.
Además, se inició una cadena de oración que busca brindar apoyo espiritual a su familia, amigos y conocidos en estos momentos tan difíciles.
La figura de Juan Pablo Sánchez Molina trasciende el uniforme: representa la nobleza de quienes entregan su vida para cuidar a los demás sin esperar nada a cambio.
Con casi nueve décadas ...
El pasado lunes, Ariana Hamue ...
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