El mundo del ciclismo argentino se viste de luto tras la pérdida de Jorge Bátiz, quien falleció este miércoles a los 92 años. Nacido en Tandil en 1933, Bátiz se radicó en la ciudad de La Plata, donde se convirtió en una auténtica leyenda del deporte, siendo reconocido como Ciudadano Ilustre.
Bátiz dejó una huella imborrable en el ciclismo nacional, habiendo sido Campeón Argentino de velocidad en tres ocasiones, en 1952, 1953 y 1955. Ese mismo año, logró conquistar el título de Campeón Panamericano, destacándose también en el ámbito mundial al obtener subcampeonatos mundiales de velocidad en 1955, en Milán, y en 1956, en Copenhague.
El ciclista brilló en velódromos de todo el mundo y tuvo un desempeño excepcional en los 6 Días de Buenos Aires, donde cosechó cinco triunfos entre 1958 y 1964, compartiendo competencia con figuras reconocidas como Fausto Coppi, Mino de Rossi, Miguel Poblet y Ricardo Senn.
Tras su retiro en 1969, Bátiz continuó aportando al ciclismo como técnico de la Selección Argentina, dejando un legado que fue reconocido en 1980 cuando recibió el Premio Konex de Platino como el mejor ciclista de la historia argentina.
Sin dudas, su contribución al ciclismo nacional lo convierte en un prócer del pelotón argentino. Desde la Federación Argentina de Ciclismo de Pista y Ruta, extendemos nuestras más sinceras condolencias a su familia y seres queridos, recordando con aprecio todo lo que hizo como deportista y rogando por su eterno descanso.
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