La acción de Vuelta de Obligado, que aconteció el 20 de noviembre de 1845, está cargada de simbolismo, ya que representa la valerosa postura criolla ante la invasión extranjera. Fue una notable acción de la defensa de nuestra soberanía. De ahí que el historiador revisionista José María Rosa la propusiera en 1974 como fecha patria. La ley 20770/74 declaró el 20 de noviembre como “Día de la Soberanía Nacional”. Pero recién en el 2010, durante el gobierno de Cristina Kirchner, será aprobada por el Poder Ejecutivo. Desde ese año se celebra como feriado nacional en toda la República Argentina.
La acción bélica en la Vuelta de Obligado
La Vuelta de Obligado fue una acción bélica donde se encuentra en toda su magnitud la larga e interminable lucha entre los países dominadores y dominados. En este caso las potencias europeas, en especial Francia e Inglaterra, que contaban como siempre con los cipayos (1), es decir, con los enemigos de adentro, argentinos que estaban a favor de esa dominación foránea.
En esta contienda armada no sólo estaba en juego los privilegios de los ciudadanos europeos en suelo rioplatense (motivo principal del conflicto de 1838) (2), sino también la libre navegabilidad de los ríos y, por supuesto, la disputa por el poder político y militar local.
En 1845, los conflictos con Francia e Inglaterra, habían estallado debido a la exigencia europea de navegar con libertad los ríos interiores del territorio rioplatense, reclamo que era rechazado por Buenos Aires. Como parte de las operaciones de defensa estipuladas por Juan Manuel Rosas, el 20 de noviembre de ese año el general Lucio N. Mansilla estaba apostado en un paraje del río Paraná, llamado Vuelta de Obligado. Su propósito era detener el avance de esas fuerzas combinadas que avanzaban sobre el Río Paraná. Eran 22 naves de guerra bien equipadas pertenecientes a las 2 grandes potencias. En ese paraje conocido como Vuelta de Obligado colocó en el ancho del río pequeños botes que sostenían cadenas, las mandó extender bloqueando el paso de los navíos y colocando baterías de ataque a las márgenes del río. El combate muy desigual terminó, como era presumible, con el paso de las naves. Si bien las fuerzas patriotas no pudieron evitar, tras horas de combate y numerosas pérdidas, detener las naves enemigas, fue un enfrentamiento cargado de heroísmo por parte de Mansilla y sus hombres. (3)
Una victoria Pírrica
Podemos decir que la Vuelta de Obligado constituyó una victoria pírrica para los anglo franceses y una derrota honrosa para los argentinos, ya que si bien la flota invasora logró remontar el Paraná, debió soportar el hostigamiento de las fuerzas patriotas a lo largo del trayecto, como ocurrió en El Tonelero (actual partido de Ramallo), San Lorenzo y Angostura del Quebracho (provincia de Santa Fe) (4). La empresa comercial, fracasó pues las mercaderías ofrecidas en los distintos puertos provinciales no fueron adquiridas por los nativos. Así, la inutilidad del bloqueo para forzar una claudicación del gobierno argentino y la falta de rédito político y comercial de la incursión colonialista europea llevaron a estos gobiernos a negociar con Rosas: los tratados Arana-Southern con Gran Bretaña (1849) y Arana-Lepredour con Francia (1850) pusieron fin al bloqueo del puerto de Buenos Aires y reconocieron la soberanía argentina de los ríos interiores.
Esto hizo que el mismo José de San Martín, en su testamento, legara su sable corvo a Rosas como reconocimiento de la defensa de la integridad territorial de lo que hoy es nuestro país. (5)
Notas
1.- El término cipayo tiene varias acepciones. Tomamos el sentido que tenía ese soldado iraní que estaba al servicio de Inglaterra y no trepidaba en disparar en contra de sus propios hermanos defendiendo al extranjero.
2.- De hecho, en 1838 una escuadra francesa había bloqueado el Puerto de Buenos Aires en respuesta a la obligación establecida por Rosas sobre los ciudadanos franceses de cumplir un servicio militar y por haber encarcelado a otros acusados de espionaje. Después de largas negociaciones, en las que inclusó participó el General José de San Martín, el bloqueo llegó a su fin en 1840.
3.- Hubo además en esta batalla valientes mujeres sampedrinas y nicoleñas que lucharon a la par de los hombres y que también cumplieron importantes servicios en el cuidado de los heridos. Entre ellas se destacaron Josefa Ruiz Moreno, Rudecinda Porcel, María Ruiz Moreno, Carolina Suarez, Francisca Nabarro y Faustina Pereira, encabezadas por Petrona Simonino.
3.- En el Archivo General de la Nación se encuentra documentación histórica de este acontecimiento de nuestra historia nacional. En el Departamento de Documentos Escritos se puede consultar correspondencia, partes oficiales, informes procedentes de la Secretaría de Rosas, de los ministerios de guerra y marina, composición de los distintos cuerpos del ejército y de la marina que intervinieron, comunicaciones emanadas de militares en la escena de combates como las provenientes de Lucio N. Mansilla, documentación relativa al bloqueo anglo francés, tratativas diplomáticas y posturas del gobierno argentino.
4.- San Martín fundamentó la entrega de su sable con estas palabras: “El sable que me ha acompañado en toda la guerra de la Independencia de la América del Sud, le será entregado al general de la República Argentina, don Juan Manuel de Rosas, como una prueba de la satisfacción que como argentino he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataron de humillarla”.
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