El destacado pintor y figura clave del arte argentino, Luis Felipe Noé, ha fallecido hoy a los 91 años en su casa, rodeado de sus hijos. Noé, quien dedicó más de seis décadas de su vida a la creación artística y a la escritura, dejó una huella imborrable en la cultura argentina. En octubre de 2024, había publicado "Asumir el caos. En la vida y el arte", un libro que representa el culminar de un proyecto que le llevó cuatro años y medio de trabajo. Su vida y trayectoria fueron celebradas intensamente en el último año, marcado por numerosos homenajes a uno de los más grandes exponentes de la escena artística del país.
El artista, conocido por su aguda reflexión sobre la vida y el arte, había expresado en una de sus últimas entrevistas que no temía a la muerte, pero sí a "la muerte en vida". Su espíritu irónico y reflexivo se manifestaba en cada una de sus palabras, como cuando señaló que “la acumulación de experiencias hace que se destruyan entre ellas”, y que al final uno no se convierte en un verdadero “hombre de experiencia”. Su legado artístico abarca desde su participación en el grupo Nueva Figuración y la obtención de numerosos premios -incluidos cuatro Konex- hasta su representación de Argentina en la prestigiosa Bienal de Venecia.
La influencia de su padre, Julio Noé, un destacado intelectual, fue decisiva en su camino hacia el arte. Desde joven, Luis Felipe supo que su destino sería el arte, y aunque cursó Derecho, su verdadera pasión lo llevó a convertirse en uno de los críticos y artistas más destacados de su generación. Comenzó su carrera en el periódico "El Mundo", donde esbozó sus primeros análisis sobre el arte, antes de lanzarse a la pintura en el taller de Horacio Butler.
El movimiento Nueva Figuración, que ayudó a fundar junto a colegas como Alberto Greco y Rómulo Macciò, buscaba un punto de encuentro entre la abstracción y la figura, y su primera exposición fue un hito en el arte argentino. Con el tiempo, su trabajo se consolidó y amplió, abarcando instalaciones y conceptualizaciones que desafían las convenciones del arte contemporáneo.
A través de su bar, el "Bárbaro", Noé creó un espacio icónico de encuentro cultural en Buenos Aires, el cual se convirtió en un refugio para artistas y pensadores. Su vida estuvo marcada por el exilio a París durante la dictadura, un período que, sin embargo, no detuvo su incansable búsqueda creativa.
En sus últimos años, regresó a la pintura tras un periodo de crisis personal y se dedicó a la enseñanza, siempre alentando a sus alumnos a explorar y "lanzarse a la aventura". Su legado perdurará a través de la Fundación Luis Felipe Noé, que preservará su obra y su impacto en el arte argentino. Su muerte es una pérdida profunda, pero su influencia en el arte y la cultura de Argentina vive en cada pincelada, en cada crítica y en cada espacio que ayudó a crear.
La 7ª edición del ...
"Pergamino se prepara para un ...
El reconocido artista ...
La Fiesta Regional se va a ...
Copyright © 2025 El Tiempo de Pergamino