El Tiempo de Pergamino

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 Miercoles 09 de Abril de 2025

Por Enrique Illia

Una famila que es una leyenda

La foto me la proporcionó Daniel.

El registro de los origenes una memoria no tan veraz, como la foto como quisiera, no por falta de honestidad sino por la imagene algo tenue, como se ve.

En la foto entre otros mis hermanos mayores Martín y Daniel, nuestros padres Lidia y Morocho, la abuela Victoria, los tios Ernesto, Juan, Bibi, Soledad, la Negra hija de ella, Silvia la esposa de Santino Serví, y Bobi un perro especial que cuidaba a Guillermo cuando era chico y a nosotros como guardián de la Quinta.

La mayoría de lo que consumiamos lo producimos nosotros, punteabamos un cuarto de hectárea o algo más, con todo el tiempo que lleva, desmalezar, hacer almacigos, surcos, regar, carpir, trasplantar, todas las verduras las produciamos en un terreno fértil, rodeado de árboles frutales, teníamos naranjas de ombligo, pomelos, mandarinas, higos, duraznos y ciruelas.

Gracias a nuestro abuelo Marcelino Sierra mientras fuimos chicos siempre tuvimos vaca y ternero.

Con los tíos Ernesto, Bibi, Morocho recuperamos el palomar, lo limpiamos, se quemo incienso, se dejaba maíz y se fue poblando, los pichones junto a los huevos del gallinero y la leche eran nuestra fuente de proteinas.

Lo traigo como ejemplo, ¿que teníamos?, mucho afecto y estimulos, recursos naturales, apoyo familiar, una naturaleza muy favorable, esfuerzo y voluntad de trabajar, aprender y producir, la necesidad de hacerlo porque no había otra forma.

Nuestro tiempo transcurría entre el colegio, la tarea grupal del trabajo en la Quinta y una parte importante para el juego, la exploración del barrio y las relaciones humanas, mucha curiosidad.

Reivindico la enseñanza fuimos capaces de producir a partir de nuestros recursos.

Como sociedad, como país hagamos valer lo que somos y tenemos, vamos a ser respetados si producimos y nos desarrollamos a partir de lo que tenemos y somos.



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